¡Hola
a todos! Hace mucho que no me paso por aquí, no me encontraba
preparada para escribir aquí, sentía decepción conmigo misma,
también hacia el resto pero sobretodo hacia mí misma. No podía
contaros algo que en ese momento no estaba sintiendo, que en ese
momento en mi vida no era así.
Voy
a compartir algo que escribí hace unos días (y que algún día
continuaré y entraré en profundidad).
24
de noviembre de 2019.
No
sé por dónde empezar... Me cuesta mucho hablar de esto, sobretodo
del tiempo que pasé en la UTCA -más abajo explico-. Yo me mudé el
9 de noviembre de 2018, todo bien hasta que en diciembre (unas
semanas antes de navidad) empecé a notar conductas que sabía que no
eran buenas, que podían llevarme por el mal camino de nuevo... Lo
llevé en silencio hasta que me armé de valor y el 23 de enero de
2019 pedí la tarjeta de desplazado para tener un médico de cabecera
asignado y poder ir. El 31 de enero tenía cita, me volví a armar de
valor y fui a contarle mi historia y mi pasado. La doctora no tuvo
dudas, me mandó un análisis de sangre completo y además me derivó
al lugar correspondiente en el que me podían atender mejor y me dijo
que allí decidirían si me mandaban a la UTCA de la zona que me
correspondía o me trataban allí. Me dieron cita para unas semanas
más tarde... El 22 de febrero acudí, el psiquiatra que me atendió
tampoco tenía dudas... Era una recaída... Sí, no os lo voy a
ocultar cuando estoy contando esto, recaí. Se planteó derivarme a
la UTCA de mi zona de residencia pero me dio un mes para
“estabilizarme” o me derivaba, además me mandó medicación. Era
volver a la lucha sí o sí. Pasó ese mes, volví a la consulta y no
se lo pensó dos veces, me mandó directamente a la UTCA en marzo de
2019, el psiquiatra de ésta estaba de baja laboral por lo que me
comentó que hasta que no volviera no me llamarían pero ya estaba
derivada... Volvió a atenderme dos consultas más y tuve una
consulta con la psicóloga y recibí la llamada... Era 7 de mayo por
la tarde, me llamaban para cambiarme la cita que tenía para el día
siguiente (que nadie me había comunicado, al igual que nadie me
comunicó una que tenía el 26 de abril con el psicólogo de la
UTCA), y me cambiaron la cita para el 4 de junio.
Recuerdo
los días previos al 4 de junio con nervios internos por miedo a esa
consulta, todavía no había aceptado que estuviera en una recaída...
Hay personas con las que estuve los días previos a esa cita que
cuando lean esto se estarán enterando de esto o confirmando sus
sospechas...
“No
cenas, no desayunas, ¿no comes nada?”, esta fue una frase de un
familiar el 2 de junio y yo me intentaba hacer creer que era una mala
racha y que debía convertirla en una simple mala racha... Qué
irónica yo... Esa noche cené con una persona, en la que salió
nuestro pasado, y yo intenté disimular que estaba pasándolo mal por
la comida, intenté que no se notase, pero me costó mucho comerme
ese plato de pasta. Intenté hacer como que todo iba bien pero
realmente no, pero no quería que se notase en absoluto, pero creo
que esa persona en algún punto pudo sospechar que yo pasaba por una
recaída...
Dos
días más tarde tenía consulta en la UTCA, y tras pesarme la
auxiliar de enfermería (que pese a que no nos llevábamos muy bien
le guardo un gran aprecio) pasé a consulta y me volvieron a
confirmar que había recaído en el TCA, me mandaron un análisis de
sangre y una prueba y me dijeron que entraba en el comedor... Pese a
haber sido yo la persona que por voluntad propia en su día se armó
de valor y decidió pedir ayuda porque veía que algo no iba bien no
era capaz de asimilar que eso estaba sucediendo... Que no necesitaba
más confirmaciones de la recaída y que encima tenía que aceptarlo,
asimilarlo y entrar en el Hospital de Día. Por circunstancias
personales no comencé al día siguiente en el Hospital de Día pero
sí tres días más tarde...
Tengo
algo de lagunas de cuando salí de la consulta, pero recuerdo que
llamé a mi hermana para contárselo y le pedí que por favor no se
lo contase a nuestro padre, porque yo no estaba preparada aún, fue
un shock muy grande para mí, me costó admitir que realmente eso era
una recaída, pero no sabía cómo decírselo a mi padre.
Recuerdo
que yo comenzaba en la UTCA el 7 de junio y hasta que no terminé mi
primer día en el comedor no le dije nada a mi padre.
Era
7 de junio, me habían citado a las 14:15-14:20 para explicarme un
poco cómo iba todo, y con mis miedos y mis inseguridades acudí,
llamé al timbre y me abrió una mujer, recuerdo que se quedó con
una cara dudosa de quién era yo pero por detrás de ella estaba el
psiquiatra que tres días atrás me había atendido y le dijo que me
llevase con la enfermera, otra mujer muy agradable. Resumidamente,
había visto a prácticamente todos los profesionales pero sobre todo
a las tres personas que más tiempo pasarían conmigo... Enfermera,
auxiliar de enfermera y terapeuta ocupacional.
La
enfermera me dijo por encima algunas cosas y me dijo que me diría
conforme se acordase las demás, bajo mi opinión, quizá eso fue un
error, porque de haber sabido todas las normas, todas las cosas y
todo lo que debería haber sabido quizá hubiese cometido menos
errores -tampoco voy a dar muchos detalles-.
Pasé
a la Sala Multiusos, no me asignaron taquilla hasta el día
siguiente, que sería el lunes 10 de junio, pero ese día, pasé a
esa sala, me presentaron a los demás pacientes, hablamos un poco, y
de repente... “Toc-toc”, la comida ya estaba en el comedor... 45
minutos había para comer. Vigilancia por dos personas. Mi ansiedad
aumentó de una manera brutal... Lágrimas y más lágrimas ante el
primer plato, no os voy a mentir.
[...]
Siendo
sincera, no estoy preparada para contar en profundidad esto, pero
pese a sus malos momentos en la UTCA, pese a mis quejas internas y
pese a varias cosas, doy las gracias por el tiempo que me ayudaron.
Actualmente, estoy dada de alta y derivada pero no se descarta que me
vuelvan a mandar ahí. No estoy recuperada, no estoy curada, pero no
se termina el mundo, sigo luchando por recuperarme, sigo luchando por
vivir, sigo luchando porque esto se quede en pasado de una vez.
Un
día entraré en profundidad en este tema, hablaré de lo que hice en
ese tratamiento con el fin de ayudaros (siempre para bien).
Esta
entrada la quiero subir precisamente este día, por el día que es...
30 de noviembre, Día Internacional de la Lucha Contra los Trastornos
de la Conducta Alimentaria, porque quiero transmitiros un mensaje:
'No
vale con sobrevivir, hay que vivir. No pasa nada si se tropieza en el
camino y se retrocede, aunque creas que no eso te ayuda para
impulsarte y avanzar con más fuerza. Luchad con todas vuestras
fuerzas, la lucha es nuestra y vamos a ganar cada batalla, incluso la
guerra. Somos más fuertes que la enfermedad. No somos menos por
sufrir un TCA, vamos a curarnos, vamos a ganar esta gran batalla. No
es el momento de rendirse. Quereros más que nunca y que nadie.'
¡Muchas
gracias!
Un
abrazo enoorme.
#DíaInternacionaldelaLuchaContralosTCA
#PonteelLazoAzul #30N